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viernes, 28 de enero de 2011

Le secret de ses yeux.

Cada día es distinto, pienso que haré frente a los problemas y a los quebraderos de cabeza, pero una vez más caigo de un precipicio. Me siento desorientada, si, exacto: hoy también, levanto la cabeza y le veo a él, al origen de todos mis malditos quebraderos.
Siento que debo apartarme. Hoy es extraño, también como ayer, y como mañana, pero en sus ojos hay algo extraño. Rechazo, no podía ser otra cosa, ¿cómo pude pensar que yo sería la mitad de importante para él, de lo que lo es él para mí? Soñé, eso fue lo que hice.
Él tuvo varias oportunidades... todas las desechó. Una tras otra, sin pensar en el daño que causaba cada vez que de su boca salía una negativa más. No sabía que cada noche la chica de los ojos color azabache derramaba lágrimas por él, ese chico que tantas veces la había hecho feliz, que tantas veces le había dicho que la quería. Ese mismo chico que ahora había perdido y que tanto ansiaba recuperar...
Frío. eso sintió aquella noche. La chica de sus sueños, la que le había regalado una y mil sonrisas ya no está y la echa de menos. ¿Cómo pudo ser tan idiota de dejarla marchar? ... Mientras intenta encontrar la respuesta, el arrepentimiento recorre cada centímetro de su cuerpo hasta llegar a sus ojos verdosos, que ahora se tiñen de desesperación y de deseo de recuperar lo que perdió...
"Nunca es demasiado tarde", pensó ; aunque quizás si lo fuera. Ella también le echaba de menos, tanto que hasta le duele. "Solo quiero que vuelva", son las únicas palabras que logran salir de su boca.
Ambos arden en deseo de que todo sea como antes, pero tienen demasiado orgullo para decir lo que verdaderamente sienten el uno por el otro...

miércoles, 19 de enero de 2011

You, again#

Ese maldito sueño, otra vez. Comienzan de nuevo los tormentos por ese momento en el que susurraste tu secreto en mi oído. Hacía demasiado frío como para que mi mente estuviese pendiente de las palabras que decías, sólo busqué tu mirada, sólo miré tus pupilas, sólo sentí que tu mano estaba en mi cintura, sólo sentí que cada vez nos acercábamos más.
Tus labios... estaban, no pude creerlo, me besaste. Una y otra vez. Acto seguido sonreíste, como nunca lo habías hecho, y continuabas abrazándome, jamás me había sentido así, jamás imaginé que me dijeses : 'Eres tú, tú eres mi secreto. Te amo'... Supongo que a partir de ahora era un secreto a voces, a juzgar por las caras de los que estaban a nuestro alrededor...
Por unos segundos, permanecí con los ojos cerrados : con esa sensación de grandeza, con esa impresión de que todo es perfecto, con el miedo de decir cualquier cosa y estropearlo, con el deseo de que en el remoto caso de que aquello fuese un sueño, no despertarme jamás, quise que fuese eterno.
Lástima, lástima que fuese ese maldito sueño, otra vez...